Luego de que el salmista comprende que en medio de su aflicción Dios es Soberano, él alaba al Señor diciendo “Él es la salvación de mi ser, y mi Dios”.
Él sabe que, en circunstancias adversas de la vida, su Señor sigue sentado en Su Trono gobernando absolutamente todo y que lo cuida aún en medio de sus dolores y sufrimiento.
Sabe que, aún cuando su alma estuviera abatida, preocupada, no hay ninguna razón para estarlo. Su confianza está puesta en Dios su salvador; y una alabanza brota de lo más profundo de su interior.
Pienso que esta debe ser la actitud correcta que debemos imitar. Una persona que ha sido regenerada –que ha pasado de muerte espiritual a vida–, ve las distintas adversidades con gozo, porque entiende que Dios está con él.
Un corazón regenerado, adora y glorifica a Dios en medio de la aflicción y el dolor. Pone su mirada en la esperanza que está por delante: llegará el día en que ya no más habrá adversidades; un día donde hemos de disfrutar de Dios eternamente.
Cristiano, ¿cómo esta verdad cambia tu forma de ver las distintas adversidades por la cual pasamos aquellos que estamos en Cristo, como el dolor, sufrimiento, aflicción y pruebas? ¿Dónde está puesta tu confianza, en ti mismo o en en el Dios de tu salvación?
Amigo o amiga que aún no has puesto tu confianza en Cristo, el Salvador y Señor, ¿sigues pensando en que resolverás tu vida independiente de Aquél que te formó y conoce tu alma? ¿Sigues pensando que cualquier cosa en este mundo llenará el vacío de tu interior que solo puede ser llenado por Dios tu Creador?
Ya no huyas más, corre a Cristo y arrepiéntete y cree en él para que tus pecados sean perdonados: pasados, presentes y futuros. Corre a Cristo, quien hoy te ofrece salvación y tu alma estará satisfecha en Él hoy y por la eternidad.
Gracia y Paz,
Rev. Rafael De Lima
Esposo de Alejandra y pastor de Iglesia Reformada Renuevo en La Plata, Argentina.
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